El compás y las líneas divisorias
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Para que la lectura de la música sea ordenada, necesitamos dividir la
grafía en una serie de partes iguales. Estas partes se llaman
compases. Dividen al pentagrama en partes iguales, y agrupan a
las notas musicales en el pentagrama.
El compás está dividido, a su vez, en partes iguales que se
denominan tiempos. Todas estas divisiones ayudan a la lectura
de la música. Un pentagrama sin compases sería imposible de leer.
Existen las líneas divisorias o barras de
compás que separan un compás del siguiente. Esta barra de compás cruza
perpendicularmente al pentagrama.
La doble barra nos indica que en el próximo compás se ha introducido un cambio significativo; como por ejemplo, un cambio en el tempo. Por último, también está la barra final que, como su propio nombre indica, señaliza el final de la lectura musical. Es como el punto final en cualquier texto.
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